jueves, 19 de mayo de 2011

Descubren Planetas errantes

La palabra planeta proviene de la expresión griega πλανήτες αστέρες, es decir, "estrellas errantes". Por lo tanto, decir que un planeta es errante parece a primera vista una redundancia. Pero no lo es: bajo esta denominación se esconden aquellos planetas que no giran alrededor de una estrella o una enana marrón como es debido, sino que vagan en solitario por el medio interestelar. La existencia de estos objetos fue sugerida por primera vez hace décadas, pero sólo recientemente se han podido detectar los primeros candidatos. No obstante, muchos de estos casos son bastante dudosos y podrían terminar siendo enanas marrones en vez de planetas (todo cuerpo entre 13 y 80 veces la masa de Júpiter se considera una enana marrón).


Imagen artística de un planeta errante (NASA).



Pero ahora podemos ampliar la lista de candidatos de golpe, porque las colaboracionesMOA (Microlensing Observations in Astrophysics) y OGLE (Optical Gravitational Lensing Experiment) han descubierto unos diez planetas errantes cuya masa es aparentemente igual o inferior a la de Júpiter. Diez planetas no parece una cantidad muy impresionante, pero lo cierto es que si extrapolamos los resultados de MOA, los planetas errantes podrían ser muy comunes en nuestra Galaxia, superando incluso al número total de estrellas de la Vía Láctea. Los descubrimientos se han realizado a partir de observaciones llevadas a cabo entre 2006 y 2007 empleando el telescopio MOA de 1,8 metros, situado en el observatorio Mount John University (Nueva Zelanda). Los resultados son tan espectaculares que han sido publicados en el número del 19 de mayo de la revista Nature.

 
Telescopio MOA (MOA). 

MOA y OGLE utilizan el método de microlente gravitatoria para detectar planetas. Cuando un planeta pasa por delante de una estrella de fondo (normalmente cercana al centro galáctico), su campo gravitatorio distorsiona la luz de acuerdo con la relatividad general de Einstein y el resultado es un aumento de brillo de la estrella que puede durar unos cuantos días. Este método favorece la detección de planetas situados lejos de la Tierra, así que no es de extrañar que los candidatos de MOA se encuentren a unos 10 000 - 20 000 años luz del Sistema Solar. MOA observó un total de 474 sucesos de microlente, de los cuales 10 parecen provenir de objetos de masa planetaria sin una estrella cercana. La precisión de las observaciones permite descartar la presencia de una estrella a menos de 1500 millones de kilómetros del planeta errante (la distancia entre el Sol y Saturno, aproximadamente), pero por supuesto podría ocurrir que alguno de estos diez mundos orbitase su estrella a una distancia mayor, de ahí que debamos hablar de candidato a planeta errante.

 
Efecto de microlente gravitatoria (MOA). 

El estudio de estos mundos es importante por varias razones. Por un lado, su abundancia puede ser una medida indirecta de la tasa de formación planetaria en otras regiones de la galaxia. Por otro lado, si finalmente son más comunes que las estrellas, serían una parte importante de la masa galáctica y podrían ser responsables de la mayoría de la materia oscura de tipo MACHOs (Massive Astrophysical Compact Halo Objects). Aún así, debemos recordar que la cantidad de materia oscura bariónica es muy inferior a la materia oscura no bariónica, dominante en el Universo.

Pero, ¿de dónde provienen estos planetas errantes? Las teorías actuales se debaten entre mecanismos que favorecen la formación in situ en el medio interestelar (como si se tratase de estrellas) y la expulsión de sistemas planetarios. Aunque la formación local podría ser predominante en el caso de enanas marrones masivas, para los planetas se prefiere la segunda explicación. Esto quiere decir que estamos ante mundos que una vez formaron parte de un sistema planetario y fueron desterrados para siempre por culpa de las interacciones gravitatorias con otros cuerpos del sistema. 

MOA y OGLE han abierto una nueva era en la ciencia exoplanetaria. A partir de hoy, la existencia de planetas errantes ya no es una simple hipótesis.

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